TURISMO
EL FRAGO - Mojarse es el camino
Los caminos del agua, folleto de información turística.
Centro de Interpretación "Sala Rabi Yom Tob"
Centro expositivo dedicado a la escritura en el Aragón judío de la Edad Media. Guarda la colección más importante de epigrafía hebrea en Aragón, piezas procedentes todas ellas del Fosal de los Judíos.
Este Centro toma el nombre de uno de sus más eximios rabinos, inmortalizado en una lápida reutilizada en la fachada de una vivienda de la Calle Mayor, declarada Bien de Interés Cultural en junio de 2001.
En sus diferentes salas el visitante podrá disfrutar a través de diversos paneles, de una visión panorámica del patrimonio natural, urbanístico y monumental de la villa, para adentrarse poco después en la sala principal donde se abordan los signos de identidad de la comunidad judía de El Frago, su sociedad, economía, vida cotidiana, su expulsión y las conversiones, y por último, el más especializado, sobre la epigrafía hebrea en Aragón. Todo ello se encuentra contextualizado en el contenido sagrado que para este municipio tiene la palabra revelada en cuanto que, junto con cristianos y musulmanes, configuran las Tres Religiones del Libro.
Visitas al Centro de Interpretación
Para concertar visitas en grupo a la Sala Rabí Yom Tob e Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari, llamar a los teléfonos 976689412 o 648291899 de 10 a 13 horas, de Lunes a Viernes.
Ruta de los oficios y tradiciones
El pueblo de El Frago hunde sus orígenes en la Edad Media, primero como lugar de frontera, después como uno de los núcleos surgidos de la repoblación cristiana.
Las gentes de El Frago han explotado y gestionado su entorno natural, junto a la tradicional actividad agropecuaria y como cualquier otra comunidad rural, se desarrollaron también numerosas actividades artesanales: tejedores, herreros..., pero entre todas ellas destacó la producción de carbón vegetal.
Un pequeño recorrido por El Frago
Situado al este de la comarca de las Cinco Villas. El Frago se encuentra ubicado en un enclave privilegiado, dominando los valles del Río Arba de Biel y del Barranco de Cervera, sobre un cerro a unos 629 m. de altitud. Se trata de un bello conjunto arquitectónico medieval original del siglo XII que mantiene en sus empinadas calles restos de su judería.
Se documenta la presencia humana en época prehistórica, aunque la primera mención directa a esta localidad data del siglo XI, durante la Reconquista con Sancho Ramírez en el trono del Reino. Sin embargo, será su hijo Alfonso el Batallador quien en 1115 otorgue carta de población.
Inicialmente fue una villa de realengo, después pasó a pertenecer a diversos señoríos, formando parte del Condado de Luna. En esta época, tras las contiendas, se produce el asentamiento de una importante comunidad hebrea, expulsada en 1492.
Se conservan, como testigos de esta población, dos sillares en la fachada exterior de una vivienda en la calle Mayor, uno procedente de la tumba del rabí Yom Tob, hijo de rabí Yishaq, el segundo corresponde a rabí Hayyim.
En la cúspide del núcleo urbano encontramos la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari. Edificio de silleria de estilo románico, que data del siglo XII. Presenta una sola nave, y cabecera semicircular, cubierta con bóveda de medio cañón y arcos fajones que apoyan en sendas columnas con capiteles decorados, y dividen la nave en cinco tramos.
En el siglo XVI sufrió una ampliación, en la que se le añadieron dos capillas con bóveda estrellada, y la torre de planta cuadrada.
Existe una cripta bajo el templo, donde se conserva la imágen del Santo Cristo de El Frago, valiosa talla realizada en el siglo XVI. En su interior destaca la presencia de una escultura del siglo XII y el retablo de la Virgen del Rosario, realizado en el siglo XVI por el escultor Ancheta. La portada de los pies consta de dos arquivoltas apoyadas sobre columnas con capiteles de hojas y un tímpano apoyado en ménsulas en el que se representa un Crismón rodeado de dos Ángeles. La portada de la Epístola está formada por cinco arquivoltas de baquetón, estando la aneja al tímpano decorada en cada una de sus doce dovelas por un personaje alegórico a las actividades agrícolas del año. Los cuatro capiteles a cada lado muestran variados motivos tales como historiados, animales y vegetales, producto del Maestro de San Juan de la Peña, no faltando su tradicional bailarina contorsionándose. En el tímpano se representa una Adoración de los Reyes.
Dos son las calles principales del casco urbano, que convergen en un pasadizo en forma de arco que antaño debió servir de acceso al recinto; éste nos lleva a un mirador natural, el “Terrao”, que nos ofrece una magnífica panorámica del Valle del Arba.
En este mismo lugar podemos encontrar la antigua cárcel municipal.
En el camino de subida al pueblo, se encuentra la ermita románica de San Miguel, de una sola nave, bóveda de cañón apuntada y cabecera plana (S. XII). Siendo lo más notable su portada de cuatro arquivoltas de arista y baquetonadas alternativamente, apoyadas sobre capiteles de traza geométrica que se han quedado sin el apoyo de los fustes.
En una zona más elevada del pueblo, está enclavada la ermita de Santa Ana, sencilla construcción en piedra, con porche ante la puerta y cubierta de madera.
Otro de los atractivos de este municipio son los maravillosos parajes naturales, en los que podemos apreciar una rica biodiversidad de flora y fauna.
Uno de los lugares destacados es el pozo Zarrampullo, en el barranco de Cervera, donde el agua realiza un espectacular salto. A lo largo de toda la rivera del río Arba, podemos pasear por sus centenarios bosques de álamos.
Una de estas magníficas arboledas de chopos centenarios se ha habilitado como zona recreativa. Donde podemos disfrutar de asadores, pista de baloncesto, tenis y una tranquila piscina municipal.
Todo el pueblo se encuentra rodeado de extensos bosques, que invitan a pasear por sus serpenteantes caminos.
Junto al rico patrimonio artístico y natural, se mantienen vivos numerosos elementos de interés etnológico: actividades tradicionales, festividades, gastronomía . .